¿Qué podemos hacer como madres/padres para mejorar la autoestima de nuestros hijos e hijas?
a) Aceptarle tal y como es, con sus ventajas e inconvenientes, con respeto, pero sin caer en el proteccionismo.
- Centrarnos en sus posibilidades y exaltarlas: ¡qué bien pintas!, ¡has crecido mucho!, lo has dicho muy bien, expresiones positivas de los logros que alcanza.
- Reprender sólo tareas o situaciones, no a la persona en su conjunto: no es lo mismo este color no es el verde, busca el que sea verde a ¡es que nunca coges el verde!. Incluso utilizar las correcciones para alcanzar mejores resultados.
- Valorar el esfuerzo para lograr acabar una actividad (no sólo escolar, también de vestido, aseo, orden, etc.) antes que los resultados, como medio de evitar el perfeccionismo exagerado o la falta de motivación.
- Según su edad y desarrollo, darle pequeñas responsabilidades en el medio familiar: poner o quitar la mesa, ordenar sus juegos, ...
- Dejarle hacer pequeños recorridos solo por el parque, por la calle.
- Eliminar poco a poco todas aquellas “ayudas” que les damos y que merman su capacidad de decidir: vestirles, darles la comida, “pasarles” la comida, bañarles. Si no les damos responsabilidad, se sienten inútiles.
- Nuestras alabanzas o pequeñas críticas adquieren sentido porque el niño sabe cuáles son sus obligaciones –responsabilidades–.
- A menudo, usamos criterios cambiantes ante situaciones iguales o parecidas, por ello hay que matizarles qué es lo que esperamos que hagan, y no modificar la opinión en cuanto a lo que consideramos correcto o incorrecto: ellos no entienden nuestros cambios.
- Enseñarles mediante ejemplos, e imitándonos, cómo pueden hacer y realizar sus responsabilidades y tareas.
- Valorar, como ya se ha dicho, el esfuerzo y el empeño puestos en la actividad.
- Sus cosas, sus problemas, son importantes para ellos y nosotros tenemos que atender esas vivencias suyas de cada día, porque así les hacemos sentirse importantes.
- Contarles cuentos, en los que se puedan identificar claramente los sentimientos de los personajes.
- Crear situaciones fantásticas –el uso de marionetas es muy útil– para que expresen sus dudas y así poder ayudarles mejor.
- La primera de todas, mantener un buen grado de acuerdo entre los padres en torno a cómo comportarse en casa y las responsabilidades que queremos que tenga el niño.
- Reírnos y mantener gestos agradables; saludarnos de diversas maneras, aunque sean cómicas. Usar la amabilidad para pedir las cosas.
- Emplear refuerzos positivos; iniciar los diálogos mediante situaciones vividas, evitando los reproches y críticas exageradas; acabar los diálogos con conclusiones sobre lo hablado (lo que nos ha gustado más o menos en la tele, en la calle, etc.).
- Expresar nuestros sentimientos hacia el niño y hacia otras personas cercanas de forma abierta, y con un criterio claro: me gusta estar contigo porque te ríes mucho o prefiero irme porque no me gusta el ruido que hay.
- Recibir los sentimientos del niño dándole la importancia que merecen: si el niño desea abrazarnos, es bueno que lo haga, que use el abrazo como forma de expresarse, y nosotros lo aceptemos porque para él somos importantes.
- Resolver situaciones y problemas juntos, a partir de personajes de los cuentos, de lo que hemos visto por la calle, en el cole, en el parque...
- Imaginar escenarios con otros niños y adultos del tipo ¿qué harías si nos encontramos con una persona a quien tú no conoces aún?, ¿cómo le pedirías a la mamá ...?, ¿qué le dirás a tu tío si te da un besazo?.
Equipo de Orientación
Educativa y Psicopedagógica de La Rioja Baja, Subsede Arnedo
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