"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

lunes, 1 de septiembre de 2014

Factores que influyen en el crecimiento y desarrollo


Desde el momento de la concepción  el número de factores que influyen en nuestro crecimiento y desarrollo son múltiples y complejos. En función del momento de influencia de estos factores los agruparemos en factores prenatales o endógenos, factores perinatales y factores postnatales o exógenos.


2.1. Factores prenatales o endógenos
Son aquellos factores que influyen en el crecimiento y desarrollo antes del nacimiento. Dentro de estos factores se incluyen:
·         Factores genéticos: Se refieren a la información incluida en los genes de cada persona. La herencia genética marca las directrices que condicionan la talla, el peso, la constitución y otros aspectos físicos como el color de pelo, ojos, etc. También determinan, entre otras cosas, la predisposición a enfermedades o la capacidad de aprendizaje.
Los caracteres hereditarios pasan de padres/madres a hijos/as a través de los genes que se encuentran en el núcleo de las células reproductoras. En este núcleo se encuentran unos órganos filiformes llamados cromosomas que están formados por miles de genes que, a su vez, se componen de ácido desoxirribonucleico (ADN), que es quién transfiere la herencia
RECUERDA QUE
El conjunto de todos los caracteres transmisibles, que vienen fijados en los genes, recibe el nombre de genotipo y su manifestación exterior en el aspecto del individuo el de fenotipo.

Cada célula reproductora tiene una dotación de 46 cromosomas y la meiosis (un tipo especial de división celular) provoca que el número de cromosomas se reduzca a la mitad, esto es, 23. Cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide se obtienen los 46 cromosomas, 23 de cada progenitor. En este momento la herencia biológica del nuevo ser queda determinada.
·         Factores hormonales: Las hormonas regulan los procesos bioquímicos en el organismo, acelerando o retrasando, estimulando o inhibiendo las funciones y los procesos de diferenciación y crecimiento de las células. Se entiende, por lo tanto, que para que el crecimiento y el desarrollo sean adecuados el funcionamiento hormonal tiene que ser óptimo.
Las hormonas son ejecutan el programa genético y juegan un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo físico, especialmente a través de su acción sobre el tejido óseo y cartilaginoso. El papel de las distintas hormonas sobre el crecimiento difiere según se trate de crecimiento prenatal o postnatal.
En el crecimiento prenatal influyen principalmente la insulina, las somatomedinas y el lactógeno placentario. La insulina, procedente del páncreas, es la hormona del crecimiento por excelencia durante el desarrollo fetal, ya que promueve los depósitos de carbohidratos, lípidos y proteínas en los tejidos, así como la captación de glucosa por los mismos, que es la fuente principal de obtención de energía para el feto.
En cambio, el crecimiento postnatal es regulado fundamentalmente por la hormona del crecimiento (somatotropina o GH), las somatomedinas y las  hormonas tiroideas, interviniendo además la hormona paratiroidea y la vitamina D en el desarrollo esquelético. Las hormonas sexuales tienen especial importancia en la maduración sexual en la adolescencia y en el crecimiento puberal. La hormona del crecimiento, secretada por la hipófisis, actúa fundamentalmente sobre el crecimiento lineal. Las hormonas tiroideas (tiroxina y triyodotironina), colaboran especialmente en el crecimiento de huesos, dientes y encéfalo.
·         Factores circunstanciales: En este grupo se incluyen factores ambientales, especialmente los relativos a los hábitos de salud de la madre durante el embarazo, y factores propios de la gestación.
Existe un riesgo mayor de que se pueden producir deficiencias o trastornos en el desarrollo del feto si la madre tiene una mala alimentación, hábitos de consumo de alcohol, drogas, tabaco,  realiza actividades físicas peligrosas o tiene enfermedades transmisibles al feto.
Otros factores que incrementan el riesgo durante la gestación son  una asistencia prenatal inadecuada, la rotura prematura de membranas, la existencia de hemorragias o la gestación múltiple.
2.2. Factores perinatales
Normalmente el parto se  produce sin complicaciones, pero en ocasiones surgen problemas que originan lesiones significativas para el posterior crecimiento y desarrollo de la persona. Hablamos de factores perinatales, por lo tanto,  para referirnos aquellos factores que influyen en el desarrollo del niño o la niña y que se producen en el momento del nacimiento del bebé. 
En la etapa perinatal los factores de riesgo más comunes son la prematuridad, la falta de oxígeno al nacer, la mala aplicación y uso de instrumentos como el fórceps, un funcionamiento deficiente del útero o parto prolongado debido a un conducto estrecho que provoque sufrimiento fetal, las infecciones neonatales  o la hiperbilirrubinemia.
En cuanto a la prematuridad, se entiende como parto prematuro aquél que sucede antes de las 37 semanas de gestación, ya que lo normal es que el parto se de entre las 37 y las 42 semanas de gestación (Parto a término). La edad gestacional de un bebé prematuro (en semanas después del último período de la madre) es probablemente el elemento de predicción de supervivencia más importante, seguido del peso del bebé al nacer. Menos del 25 por ciento de los bebés nacidos a las 23 semanas sobreviven, aproximadamente el 50% de los nacidos a las 24 semanas sobreviven y cerca del 92% de aquellos bebés nacidos a las 29 semanas sobrevivirán.
Los bebes prematuros son vulnerables y necesitan cuidados especiales para proteger su salud. El principal problema de los niños prematuros es que al nacer algunos de sus órganos están inmaduros, es decir, no han tenido tiempo para desarrollarse del todo. Es por ello que, tras un parto prematuro, él bebe necesita pasar un tiempo en la incubadora, donde seguirá creciendo bajo vigilancia médica. 
Los problemas que puede sufrir un bebe prematuro al nacer son variados: problemas para respirar, infecciones, ictericia, dificultades para alimentarse, riesgo de derrame cerebral o problemas para mantener estable su temperatura corporal. 
A largo plazo, los bebés prematuros pueden manifestar apnea, displasia broncopulmonar, problemas de visión y audición y dificultades cognitivas y emocionales (parálisis cerebral, autismo, trastornos de la personalidad, hiperactividad, dificultades del desarrollo, etc.).

2.3. Factores postnatales o exógenos
Los factores postnatales se producen después del nacimiento e influyen en el desarrollo y crecimiento como consecuencia de la interacción con el medio.
Sin duda, uno de los factores más determinantes en el proceso de desarrollo y crecimiento durante la infancia es una alimentación adecuada. Ésta ha de ser equilibrada y aportar todos los nutrientes necesarios  para el desarrollo, especialmente en las etapas de crecimiento rápido como la etapa de lactancia o la infancia temprana.  Las carencias en este sentido pueden producir déficits importantes en la  talla, el peso, el perímetro craneal y un retraso de la maduración,  a veces de carácter irreversible cuando suceden en periodos críticos y durante un  tiempo prolongado.
Otro factor exógeno es la existencia de enfermedades, especialmente aquéllas de carácter agudo o crónico agudas que dificultan o impiden el crecimiento y el normal
desarrollo del niño o la niña. También, los hábitos de salud existentes tendrán una influencia en el desarrollo (hábitos de higiene, ciclos adecuados de actividad-descanso, prevención de accidentes, etc.)
Por último, añadir otros factores como los socioeconómicos, ya que influyen a las condiciones de alimentación, higiene y acceso a servicios de salud y los factores psicológicos, debido a que un alto estrés o la carencia de afectividad en los primeros años de vida tienen un impacto negativo en el normal desarrollo de los/as niños/as que lo padecen.
RECUERDA QUE
Existe una fuerte vinculación entre la calidad de vida y un desarrollo adecuado.

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