Desde el momento de la concepción el número de factores que influyen en nuestro crecimiento y desarrollo son múltiples y complejos. En función del momento de influencia de estos factores los agruparemos en factores prenatales o endógenos, factores perinatales y factores postnatales o exógenos.
2.1. Factores prenatales o endógenos
Son aquellos factores que influyen en el crecimiento y
desarrollo antes del nacimiento. Dentro de estos factores se incluyen:
·
Factores genéticos: Se refieren a la información
incluida en los genes de cada persona. La herencia genética marca las
directrices que condicionan la talla, el peso, la constitución y otros aspectos
físicos como el color de pelo, ojos, etc. También determinan, entre otras
cosas, la predisposición a enfermedades o la capacidad de aprendizaje.
Los
caracteres hereditarios pasan de padres/madres a hijos/as a través de los genes
que se encuentran en el núcleo de las células reproductoras. En este núcleo se
encuentran unos órganos filiformes llamados cromosomas que están formados por
miles de genes que, a su vez, se componen de ácido desoxirribonucleico (ADN), que
es quién transfiere la herencia
RECUERDA QUE
El conjunto de todos los caracteres transmisibles, que
vienen fijados en los genes, recibe el nombre de genotipo y su manifestación exterior en el aspecto del individuo el
de fenotipo.
Cada célula
reproductora tiene una dotación de 46 cromosomas y la meiosis (un tipo especial
de división celular) provoca que el número de cromosomas se reduzca a la mitad,
esto es, 23. Cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide se obtienen los
46 cromosomas, 23 de cada progenitor. En este momento la herencia biológica del
nuevo ser queda determinada.
·
Factores hormonales: Las hormonas regulan los procesos
bioquímicos en el organismo, acelerando o retrasando, estimulando o inhibiendo
las funciones y los procesos de diferenciación y crecimiento de las células. Se
entiende, por lo tanto, que para que el crecimiento y el desarrollo sean
adecuados el funcionamiento hormonal tiene que ser óptimo.
Las
hormonas son ejecutan el programa genético y juegan un papel fundamental en el
crecimiento y desarrollo físico, especialmente a través de su acción sobre el
tejido óseo y cartilaginoso. El papel de las distintas hormonas sobre el
crecimiento difiere según se trate de crecimiento prenatal o postnatal.
En el
crecimiento prenatal influyen principalmente la insulina, las somatomedinas y el
lactógeno placentario. La insulina, procedente del páncreas, es la hormona del
crecimiento por excelencia durante el desarrollo fetal, ya que promueve los
depósitos de carbohidratos, lípidos y proteínas en los tejidos, así como la
captación de glucosa por los mismos, que es la fuente principal de obtención de
energía para el feto.
En cambio,
el crecimiento postnatal es regulado fundamentalmente por la hormona del
crecimiento (somatotropina o GH), las somatomedinas y las hormonas tiroideas, interviniendo además la
hormona paratiroidea y la vitamina D en el desarrollo esquelético. Las hormonas
sexuales tienen especial importancia en la maduración sexual en la adolescencia
y en el crecimiento puberal. La hormona del crecimiento, secretada por la hipófisis, actúa fundamentalmente sobre el crecimiento lineal. Las hormonas tiroideas (tiroxina y
triyodotironina), colaboran
especialmente en el crecimiento de huesos, dientes y encéfalo.
·
Factores circunstanciales: En este grupo se incluyen factores
ambientales, especialmente los relativos a los hábitos de salud de la madre
durante el embarazo, y factores propios de la gestación.
Existe un riesgo
mayor de que se pueden producir deficiencias o trastornos en el desarrollo del
feto si la madre tiene una mala alimentación,
hábitos de consumo de alcohol, drogas, tabaco, realiza actividades físicas peligrosas o tiene
enfermedades transmisibles al feto.
Otros factores que incrementan el riesgo durante la gestación son una asistencia prenatal inadecuada, la rotura
prematura de membranas, la existencia de hemorragias o la gestación múltiple.
2.2. Factores perinatales
Normalmente el parto se
produce sin complicaciones, pero en ocasiones surgen problemas que
originan lesiones significativas para el posterior crecimiento y desarrollo de
la persona. Hablamos de factores perinatales, por lo tanto, para referirnos aquellos factores que influyen
en el desarrollo del niño o la niña y que se producen en el momento del
nacimiento del bebé.
En la etapa perinatal los factores
de riesgo más comunes son la prematuridad, la falta de oxígeno al nacer, la mala
aplicación y uso de instrumentos como el fórceps, un funcionamiento deficiente
del útero o parto prolongado debido a un conducto estrecho que provoque
sufrimiento fetal, las infecciones neonatales
o la hiperbilirrubinemia.
En cuanto a la prematuridad, se
entiende como parto prematuro aquél que sucede antes de las 37 semanas de
gestación, ya que lo normal es que el parto se de entre las 37 y las 42 semanas
de gestación (Parto a término). La edad gestacional de un bebé prematuro (en
semanas después del último período de la madre) es probablemente el elemento de
predicción de supervivencia más importante, seguido del peso del bebé al nacer.
Menos del 25 por ciento de los bebés nacidos a las 23 semanas sobreviven,
aproximadamente el 50% de los nacidos a las 24 semanas sobreviven y cerca del
92% de aquellos bebés nacidos a las 29 semanas sobrevivirán.
Los bebes prematuros son vulnerables y necesitan cuidados especiales para
proteger su salud. El principal problema de los niños prematuros es que al
nacer algunos de sus órganos están
inmaduros, es decir, no han tenido tiempo para desarrollarse del todo.
Es por ello que, tras un parto prematuro, él bebe necesita pasar un tiempo en
la incubadora, donde seguirá
creciendo bajo vigilancia médica.
Los
problemas que puede sufrir un bebe prematuro al nacer son variados: problemas
para respirar, infecciones, ictericia, dificultades para alimentarse, riesgo de
derrame cerebral o problemas para mantener estable su temperatura corporal.
A largo
plazo, los bebés prematuros pueden manifestar apnea, displasia broncopulmonar,
problemas de visión y audición y dificultades cognitivas y emocionales
(parálisis cerebral, autismo, trastornos de la personalidad, hiperactividad,
dificultades del desarrollo, etc.).
2.3. Factores postnatales o exógenos
Los factores postnatales se producen después del nacimiento e
influyen en el desarrollo y crecimiento como consecuencia de la interacción con
el medio.
Sin duda, uno de los factores más determinantes en el proceso
de desarrollo y crecimiento durante la infancia es una alimentación adecuada. Ésta ha de ser equilibrada y aportar todos
los nutrientes necesarios para el
desarrollo, especialmente en las etapas de crecimiento rápido como la etapa de
lactancia o la infancia temprana. Las
carencias en este sentido pueden producir déficits importantes en la talla, el peso, el perímetro craneal y un
retraso de la maduración, a veces de carácter
irreversible cuando suceden en periodos críticos y durante un tiempo prolongado.
Otro factor exógeno es la existencia de enfermedades, especialmente aquéllas de carácter agudo o crónico agudas
que dificultan o impiden el crecimiento y el normal
desarrollo del niño o la niña. También, los hábitos de salud existentes tendrán una influencia en el desarrollo (hábitos de higiene, ciclos adecuados de actividad-descanso, prevención de accidentes, etc.)
desarrollo del niño o la niña. También, los hábitos de salud existentes tendrán una influencia en el desarrollo (hábitos de higiene, ciclos adecuados de actividad-descanso, prevención de accidentes, etc.)
Por último, añadir otros factores como los socioeconómicos, ya que influyen a las
condiciones de alimentación, higiene y acceso a servicios de salud y los
factores psicológicos, debido a que
un alto estrés o la carencia de afectividad en los primeros años de vida tienen
un impacto negativo en el normal desarrollo de los/as niños/as que lo padecen.
RECUERDA QUE
Existe una fuerte vinculación entre la calidad de vida
y un desarrollo adecuado.
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