"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

martes, 2 de septiembre de 2014

Adquisición de hábitos relacionados con el descanso



La adquisición de este tipo de hábitos se basa en el manejo de los factores que rodean al momento del descanso y al propio hecho de dormir.

Hábitos relacionados con el sueño y el descanso
Hasta los 3 años
·         Dormirse solo/a y con la luz apagada.
·         Dormir sin chupete.
·         Ponerse el pijama (por la noche).
·         Disfrutar de los momentos de relax y descanso.
·         Preparar los objetos que le ayudan a dormir.
·         Acceder al momento del descanso con alegría (sin lloros).
·         Diferenciar entre momentos de actividad y descanso.
·         Saludar y despedirse antes y después del sueño.
De 3 a 6 años
·         Asumir los horarios de sueño.
·         Respetar el descanso de los demás.
·         Aprender a organizar es espacio para ir a dormir: recoger y arreglar la cama, poner y quitar las colchonetas.
·         Cuidar el arreglo personal después del descanso.
·         Aprender a relajarse solo/a, sin la presencia del adulto.
·         Evitar pequeños sueños durante el día o siestas a deshora.

 
A la hora de programar hábitos para mejorar el descanso tendremos en consideración tres momentos esenciales: antes de dormir, durante el descanso y después de descansar. En términos generales, y como hemos ido viendo a lo largo del capítulo, las medidas a adoptar por parte de educadores/as y padres/madres deberán girar en torno a:
  • Enseñarles a identificar los signos del cansancio y ayudarles a aceptar que deben dormir y el lugar destinado para el descanso.
  • Evitaremos sacarles del lugar del descanso (cuna, cama, colchoneta, etc.) y pasarles de mano en mano o pasearles por otras habitaciones, pues eso facilita una mayor descentración. Si el niño o niña tiene dificultades para dormir le acompañaremos en dicha transición, pero en el lugar destinado al descanso.
  • Ayudarles a relajarse. Darles seguridad y confianza.
  • Estabilidad ambiental.
  • Llevar a cabo actividades adecuadas al momento del día.
  • Unas rutinas estables, que se deben realizar cada día.
  • Asociar los hábitos de sueño a los horarios de las comidas.
  • Acompañarles al ir a dormir y al despertarse, favoreciendo la entrada en el sueño o en la vigilia.
  • A la hora del descanso en la escuela, dejar para el final a aquellos niños o niñas que más tardan en dormirse, pudiéndoles dedicar así más tiempo.
  • Es muy importante la colaboración entre familia y escuela para ir en la misma dirección en cuanto a rutinas y horarios.

En general, el tiempo dedicado a la adquisición de hábitos es mayor en el primer ciclo de Educación Infantil que en el segundo, ya que en este último se los contenidos académicos aumentan su protagonismo y se alternan con las franjas horarias destinadas a los hábitos.



Por otro lado, la realización de  hábitos no debe convertirse en una ejecución mecánica que exija que todos los niños y niñas los realicen en el mismo tiempo y con la misma solvencia. Educadoras y educadores tienen que tener paciencia y respetar la diversidad y los distintos niveles de desarrollo, sabiendo interpretar los signos de cansancio de cada niño/a y actuando en consecuencia.
 

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