"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

lunes, 1 de septiembre de 2014

La autonomía personal en la infancia. Pautas de desarrollo


La autonomía personal, como proceso de construcción individual, se inicia en la infancia y supone que los niños y niñas vayan aumentando su capacidad de dirigir sus propias vidas y regular su conducta. De hecho, es tal la importancia que se le otorga a la autonomía personal en la actualidad que el Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación Infantil, establece como una de las tres áreas curriculares a trabajar el conocimiento de sí mismo y la autonomía personal.

Por otro lado, el desarrollo de la autonomía personal en la infancia está estrechamente ligado a la adquisición de hábitos, que se han de trabajar en todos los ambientes cotidianos del niño y la niña, tanto en el familiar como en el escolar, lo que conlleva una estrecha comunicación y colaboración entre escuela y familia para llevar a cabo acciones conjuntas y coordinadas. 

3.1. Valoración de la autonomía personal en el desarrollo integral del niño y de la niña.

La progresiva adquisición de autonomía personal está estrechamente ligada al desarrollo integral del niño y la niña. De este modo, para valorar si el desarrollo está progresando de un modo adecuado es importante evaluar que van haciendo los/as niños/as por sí mismos/as según van creciendo.


Durante la etapa de Educación infantil, el niño y la niña irán adquiriendo una serie de capacidades que indicarán un adecuado desarrollo. A modo de ejemplo citaremos las siguientes:
  • Demuestra autonomía y responsabilidad en relación a su propia limpieza, higiene y salud.
  • Tiene un adecuado control de esfínteres.
  • Es autónomo/a en las comidas y come usando correctamente los cubiertos
  • Conoce las normas elementales de comportamiento durante las comidas.
  • Controla qué puede comer y qué no.
  • Aprende a vestirse y desvestirse él/ella sólo/a.
  • Mantiene ordenado y limpio su espacio de trabajo y juego.
  • No necesita compañía constante para dormirse.
  • Actúa con autonomía tanto dentro como fuera del hogar.
  • Cuida y respeta los elementos que componen el medio natural y urbano.
  • Cuida y respeta los animales y plantas.
  • Comunica sus experiencias, inquietudes y dudas de manera espontánea.
  • Tiene un concepto positivo de sí mismo/a.  
  • Está integrado en su grupo y respeta las opiniones de los demás.
  • Respeta las normas elementales de convivencia.
 


 

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