"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

lunes, 1 de septiembre de 2014

La promoción de la salud. Conceptos básicos



1. Salud y enfermedad. La promoción de la salud

La salud, como se indica en la Declaración de Yakarta sobre la Promoción de la Salud en el Siglo XXI, es un derecho humano básico y esencial para el desarrollo socioeconómico, por lo que las sociedades han de apostar por acciones que generen mayor salud en las personas, aseguren los derechos humanos, reduzcan las desigualdades en términos de salud y construyan capital social. En este sentido, el crecimiento y desarrollo saludable de los niños y niñas deben ser una de las máximas prioridades para todas las sociedades.

1.1. Conceptos básicos

La noción del bienestar humano trasciende lo meramente fisiológico, pues es el resultado de una dinámica en la que convergen varias dimensiones. Así, en la actualidad, el término de salud se entiende desde un enfoque bio-psico-social como completo estado de bienestar físico, psíquico y social, y no solamente como la ausencia de afección o enfermedad, tal como fue definida en 1946 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

Esta definición, que confiere al concepto de salud una consideración positiva e integral, obtuvo varías críticas, especialmente en relación a la imposibilidad  de lograr el “completo bienestar” y por identificar salud con “estado”, otorgándole un carácter estático impropio de la salud de las personas. Estas críticas hicieron que la misma OMS en 1984, redefiniera el término como “el alcance del que un individuo o  grupo es capaz, por un lado, para realizar sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades y, por otro lado, para cambiar o hacer frente al ambiente. La salud es, por tanto, vista como un recurso para la vida diaria, no el objetivo de la vida, es un concepto positivo que enfatiza los recursos sociales y personales así como las capacidades físicas”. De este modo, el concepto de salud adquiere un carácter más dinámico, teniendo como meta el logro del mayor  nivel de bienestar físico, psíquico, social y de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que vive inmerso el individuo y la comunidad.

Si entendemos la salud como un equilibrio entre los distintos elementos que la componen, se debe estudiar los factores determinantes que mantienen dicho equilibrio. La alteración de alguno de estos factores puede romper el equilibrio y provocar la aparición de enfermedad o la disminución de la calidad de vida. Según el Modelo Lalonde, los determinantes de la salud pública son los mecanismos específicos que influyen en los distintos grados de salud y enfermedad. Destacan los siguientes:
  • Estilo de vida: Es el determinante con mayor influencia en la salud y el más susceptible de modificación mediante actividades de promoción de la salud. Hace referencia a aspectos como la conducta alimentaria, el consumo de drogas, el sedentarismo, situaciones de estrés, conducción peligrosa, hábitos insanos, incumplir pautas terapéuticas, etc.
  • La biología humana: En este caso, se hace referencia a nuestra dotación genética, de difícil modificación con la tecnología actual, aunque cada vez más accesible con el avance de la ingeniería genética, lo que en un futuro próximo será de gran relevancia, sobre todo como medida de prevención de determinadas enfermedades, aunque las discusiones de tipo legal y ético, que ya se están produciendo, abren un gran debate sobre el futuro de esta ciencia y su influencia en la resolución de problemas de salud
  • El medio ambiente: Se incluyen factores como el entorno geográfico, el clima, la contaminación, recursos naturales e incluso la denominada contaminación psicosocial de entornos estresantes o violentos.
  • Los sistemas sanitarios: En este sentido, se tiene en cuenta la calidad, accesibilidad y gratuidad de los mismos. Este determinante quizás sea el de menor influencia en la salud, aunque en los países desarrollados es el que más recursos recibe.





Conseguir que la influencia de los factores determinantes sea positiva y que mantenga a la persona dentro del equilibrio deseado será el principal objetivo de la promoción y la educación para la salud.
Hablamos de promoción para la salud para referirnos al proceso de capacitación de las personas para que aumenten el control de su salud y así puedan mejorarla de forma voluntaria, adquiriendo hábitos de vida saludable.

En 1986, en la Conferencia de Ottawa (OMS 1986), originó el nacimiento de la  Promoción de la Salud y juntamente con la  Declaración de Yakarta (OMS 1997), han  puesto de manifiesto las nuevas estrategias para conseguir determinados  prerrequisitos para la salud, que incluyen la paz, adecuados recursos económicos y  alimenticios, vivienda, un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos.
En 1986 tuvo lugar la Conferencia de Ottawa, estableciéndose la "Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud", en la cual se señaló una serie de indicaciones para llevar a cabo estrategias de promoción de la salud. Este momento, junto con la  Declaración de Yakarta promovida en 1997, pusieron de manifiesto las nuevas estrategias para conseguir determinados  prerrequisitos para la salud, como son la paz, recursos económicos y  alimenticios adecuados, la seguridad de la vivienda, un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos. Además, identificó cinco prioridades de cara a la promoción de la salud en el siglo XXI:
  • Promover la responsabilidad social para la salud, instando al compromiso del sector público y privado en la promoción de la salud
  • Incrementar la inversión para el desarrollo de la salud
  • Consolidar y expandir la colaboración para la salud
  • Aumentar la capacidad comunitaria y el empoderamiento de la persona, intentando mejorar la capacidad de las comunidades, organizaciones, grupos e  individuos para actuar e influir en los determinantes de la salud previamente citados.
  • Consolidar una infraestructura para la promoción de la salud, encontrando nuevos mecanismos de financiación tanto a nivel local como a nivel nacional y global.
La promoción de la salud, por tanto, debe dedicarse a que las personas tomen conciencia de los factores que determinan su salud para que puedan influir sobre ellos, poniendo en marcha hábitos saludables y evitando estilos de vida poco saludables. Así, para mejorar y conservar la propia salud se han de propiciar hábitos como, por ejemplo, llevar una alimentación equilibrada, prevenir accidentes,  mantener unos hábitos higiénicos adecuados, evitar el consumo de drogas, hacer deporte, ejercitar la mente, reciclar, aumentar la conciencia medioambiental o disfrutar del tiempo libre. En cuanto al ámbito infantil, algunos ejemplos serían la promoción de la lactancia materna, el cuidado de la dentición, evitar ver la televisión en exceso, comer frutas y verduras, etc.

Otro concepto ligado al de promoción para la salud es el concepto de prevención, que agrupa el conjunto de medidas destinas a evitar riesgos para la salud, así como las acciones orientadas  a  la eliminación o minimización del  impacto  de  la enfermedad  y  las situaciones de discapacidad.

Según el momento de la intervención se pueden distinguir tres niveles de prevención:

  • Prevención primaria, que engloba aquellas acciones destinadas a disminuir la incidencia de una patología en una comunidad reduciendo los factores de riesgo y el aumento de los factores de protección (vacunación, educación sobre hábitos de higiene, uso del casco y los cinturones de seguridad, etc.)
  • Prevención secundaria, dirigida a eliminar el proceso patológico después de su aparición y articulándose en un conjunto de acciones que buscan el diagnóstico precoz y la aplicación de tratamientos en estadios precoces de la enfermedad, en los que el establecimiento de medidas adecuadas puede impedir su progresión. Un ejemplo de este tipo de prevención es la prueba del talón que se les hace a los recién nacidos para la detección precoz de enfermedades metabólicas congénitas.
  • Prevención terciaria, con el objetivo es impedir las recaídas, paliar síntomas y reducir las complicaciones o las secuelas de las enfermedades y accidentes a partir del tratamiento y la rehabilitación. Un ejemplo de prevención terciaria sería un programa de prevención de caídas para una persona con osteoporosis.

Por último, en relación al concepto de enfermedad, que desarrollaremos de modo más extenso en el capítulo Intervención en situaciones de especial dificultad relacionadas con la salud y la seguridad, se puede decir que forma parte del continuo de la salud (continuo salud-enfermedad), siendo difícil en algunos casos establecer qué es estar sano y qué estar enfermo. Entenderemos el término enfermedad como toda alteración del equilibrio físico, mental y/o social de las personas que supone, por lo tanto, un deterioro para su salud. En este módulo nos centraremos en las alteraciones de índole más físico, sin aludir sus repercusiones en el ámbito psíquico o social.

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