1. Salud y enfermedad.
La promoción de la salud
La salud,
como se indica en la Declaración de Yakarta sobre la Promoción de la Salud en
el Siglo XXI, es un
derecho humano básico y esencial para el desarrollo socioeconómico, por lo que
las sociedades han de apostar por acciones que generen mayor salud en las
personas, aseguren los derechos humanos, reduzcan las desigualdades en términos
de salud y construyan capital social. En este sentido, el crecimiento y
desarrollo saludable de los niños y niñas deben ser una de las máximas
prioridades para todas las sociedades.
1.1. Conceptos básicos
La noción del bienestar humano
trasciende lo meramente fisiológico, pues es el resultado de una dinámica en la
que convergen varias dimensiones. Así, en la actualidad, el término de salud se entiende desde un enfoque
bio-psico-social como completo estado de bienestar físico, psíquico y social, y
no solamente como la ausencia de afección o enfermedad, tal como fue definida
en 1946 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta definición, que confiere al
concepto de salud una consideración positiva e integral, obtuvo varías
críticas, especialmente en relación a la imposibilidad de lograr el “completo bienestar” y por
identificar salud con “estado”, otorgándole un carácter estático impropio de la
salud de las personas. Estas críticas hicieron que la misma OMS en 1984,
redefiniera el término como “el alcance del que un individuo o grupo es capaz, por un lado, para realizar
sus aspiraciones y satisfacer sus necesidades y, por otro lado, para cambiar o
hacer frente al ambiente. La salud es, por tanto, vista como un recurso para la
vida diaria, no el objetivo de la
vida, es un concepto positivo que enfatiza los recursos sociales y personales así como las capacidades
físicas”. De este modo, el concepto de salud adquiere un carácter más dinámico,
teniendo como meta el logro del mayor nivel de bienestar físico, psíquico, social y
de capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que
vive inmerso el individuo y la comunidad.
Si entendemos la salud como un
equilibrio entre los distintos elementos que la componen, se debe estudiar los
factores determinantes que mantienen dicho equilibrio. La alteración de alguno
de estos factores puede romper el equilibrio y provocar la aparición de
enfermedad o la disminución de la calidad de vida. Según el Modelo Lalonde, los
determinantes de la salud pública son los mecanismos específicos
que influyen en los distintos grados de salud y enfermedad. Destacan los
siguientes:
- Estilo de vida: Es el determinante con mayor influencia en la salud y el más susceptible de modificación mediante actividades de promoción de la salud. Hace referencia a aspectos como la conducta alimentaria, el consumo de drogas, el sedentarismo, situaciones de estrés, conducción peligrosa, hábitos insanos, incumplir pautas terapéuticas, etc.
- La biología humana: En este caso, se hace referencia a nuestra dotación genética, de difícil modificación con la tecnología actual, aunque cada vez más accesible con el avance de la ingeniería genética, lo que en un futuro próximo será de gran relevancia, sobre todo como medida de prevención de determinadas enfermedades, aunque las discusiones de tipo legal y ético, que ya se están produciendo, abren un gran debate sobre el futuro de esta ciencia y su influencia en la resolución de problemas de salud
- El medio ambiente: Se incluyen factores como el entorno geográfico, el clima, la contaminación, recursos naturales e incluso la denominada contaminación psicosocial de entornos estresantes o violentos.
- Los sistemas sanitarios: En este sentido, se tiene en cuenta la calidad, accesibilidad y gratuidad de los mismos. Este determinante quizás sea el de menor influencia en la salud, aunque en los países desarrollados es el que más recursos recibe.
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Conseguir que la influencia de los
factores determinantes sea positiva y que mantenga a la persona dentro del
equilibrio deseado será el principal objetivo de la promoción y la educación
para la salud.
Hablamos de promoción para la salud para referirnos al proceso de capacitación
de las personas para que aumenten el control de su salud y así puedan mejorarla
de forma voluntaria, adquiriendo hábitos de vida saludable.
En 1986, en la Conferencia de Ottawa (OMS
1986), originó el nacimiento de la Promoción
de la Salud y juntamente con la Declaración
de Yakarta (OMS 1997), han puesto de
manifiesto las nuevas estrategias para conseguir determinados prerrequisitos para la salud, que incluyen la
paz, adecuados recursos económicos y alimenticios,
vivienda, un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos.
En 1986 tuvo lugar la Conferencia de
Ottawa, estableciéndose la "Carta
de Ottawa para la Promoción de la Salud", en la cual se señaló una
serie de indicaciones para llevar a cabo estrategias de promoción de la salud.
Este momento, junto con la Declaración
de Yakarta promovida en 1997, pusieron de manifiesto las nuevas estrategias
para conseguir determinados prerrequisitos
para la salud, como son la paz, recursos económicos y alimenticios adecuados, la seguridad de la vivienda,
un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos. Además, identificó
cinco prioridades de cara a la promoción de la salud en el siglo XXI:
- Promover la responsabilidad social para la salud, instando al compromiso del sector público y privado en la promoción de la salud
- Incrementar la inversión para el desarrollo de la salud
- Consolidar y expandir la colaboración para la salud
- Aumentar la capacidad comunitaria y el empoderamiento de la persona, intentando mejorar la capacidad de las comunidades, organizaciones, grupos e individuos para actuar e influir en los determinantes de la salud previamente citados.
- Consolidar una infraestructura para la promoción de la salud, encontrando nuevos mecanismos de financiación tanto a nivel local como a nivel nacional y global.
La promoción de la salud, por tanto,
debe dedicarse a que las personas tomen conciencia de los factores que determinan
su salud para que puedan influir sobre ellos, poniendo en marcha hábitos saludables y evitando estilos
de vida poco saludables. Así, para mejorar y conservar la propia salud se han
de propiciar hábitos como, por ejemplo, llevar una alimentación equilibrada,
prevenir accidentes, mantener unos
hábitos higiénicos adecuados, evitar el consumo de drogas, hacer deporte,
ejercitar la mente, reciclar, aumentar la conciencia medioambiental o disfrutar
del tiempo libre. En cuanto al ámbito infantil, algunos ejemplos serían la
promoción de la lactancia materna, el cuidado de la dentición, evitar ver la
televisión en exceso, comer frutas y verduras, etc.
Otro concepto ligado al de promoción
para la salud es el concepto de prevención,
que agrupa el conjunto de medidas destinas a evitar riesgos para la salud, así
como las acciones orientadas a la eliminación o minimización del
impacto de la enfermedad y las situaciones de
discapacidad.
Según el momento de la intervención
se pueden distinguir tres niveles de prevención:
- Prevención primaria, que engloba aquellas acciones destinadas a disminuir la incidencia de una patología en una comunidad reduciendo los factores de riesgo y el aumento de los factores de protección (vacunación, educación sobre hábitos de higiene, uso del casco y los cinturones de seguridad, etc.)
- Prevención secundaria, dirigida a eliminar el proceso patológico después de su aparición y articulándose en un conjunto de acciones que buscan el diagnóstico precoz y la aplicación de tratamientos en estadios precoces de la enfermedad, en los que el establecimiento de medidas adecuadas puede impedir su progresión. Un ejemplo de este tipo de prevención es la prueba del talón que se les hace a los recién nacidos para la detección precoz de enfermedades metabólicas congénitas.
- Prevención terciaria, con el objetivo es impedir las recaídas, paliar síntomas y reducir las complicaciones o las secuelas de las enfermedades y accidentes a partir del tratamiento y la rehabilitación. Un ejemplo de prevención terciaria sería un programa de prevención de caídas para una persona con osteoporosis.
Por último, en relación al concepto
de enfermedad, que desarrollaremos
de modo más extenso en el capítulo Intervención en situaciones de especial
dificultad relacionadas con la salud y la seguridad, se puede decir
que forma parte del continuo de la salud (continuo salud-enfermedad), siendo
difícil en algunos casos establecer qué es estar sano y qué estar enfermo.
Entenderemos el término enfermedad como toda alteración del equilibrio físico,
mental y/o social de las personas que supone, por lo tanto, un deterioro para
su salud. En este módulo nos centraremos en las alteraciones de índole más
físico, sin aludir sus repercusiones en el ámbito psíquico o social.
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