"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

martes, 2 de septiembre de 2014

Fisiología del sueño



Existe una relación clara entre la actividad cerebral y el estado de sueño, tal como demuestra la electroencefalografía (EEG). Dicha actividad cerebral va cambiando a lo largo del sueño, lo que lleva a diferenciar distintas fases o momentos.

Existen dos tipos de sueño bien diferenciados,  el sueño con movimientos oculares rápidos, conocido como sueño paradójico o REM (Rapid Eye Movement) y el sueño sin movimientos oculares rápidos o sueño lento (No-REM, Non Rapid Eye Movement).

El sueño No-REM lo componen cuatro estadios, relacionados con los distintos grados de profundidad del sueño. De este modo, los dos primeros estadios se caracterizan por un sueño superficial o ligero, y los dos últimos (estadio 3 y 4) por un  sueño de ondas lentas o profundo, es decir, según vamos avanzando en esta fase las ondas cerebrales se van enlenteciendo. Durante el sueño No-REM, disminuye la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y el flujo sanguíneo cerebral, aumentando el flujo sanguíneo muscular y la secreción de hormona del crecimiento. Los estadios de esta fase son:


  • Estadio 1 (adormecimiento): Es la transición entre la vigilia y el sueño, por lo que sólo se produce en el primer ciclo de sueño. Se caracteriza por un estado de somnolencia en el cual se pueden producir alucinaciones hipnagógicas (no patológicas) y descargas musculares.
  • Estadio 2 (sueño ligero): Se enlentecen tanto el ritmo cardíaco como el respiratorio y las ondas cerebrales se amplían. Es el periodo de mayor duración dentro de la fase No-Rem, en el cual aun es fácil despertarse.
  • Estadio 3 (sueño profundo) y estadio 4 (sueño muy profundo): Son los periodos que determinan la buena o mala calidad del sueño en términos de su eficiencia (sueño reparador) y en las cuales se aumenta la producción de la hormona del crecimiento, por lo que si se disminuye este tipo de sueño de forma crónica se provocará un  retraso del crecimiento y menor regeneración de tejidos. Durante este periodo las ondas cerebrales son muy amplias y lentas y es más difícil que el sueño se interrumpa. Es ahora cuando se pueden producir el sonambulismo y los terrores nocturnos.
 
El sueño REM se caracteriza por unos movimientos oculares rápidos, una atonía muscular y un EEG similar al del estado de vigilia, con una marcada actividad neuronal y metabólica. En esta fase la frecuencia cardiaca y la  tensión arterial son fluctuantes. A su vez, es durante este periodo del sueño cuando se producen los sueños y las pesadillas.

Al ser estas dos fases fisiológicamente distintas, sus funciones también son distintas. El sueno No-REM tiene una función restauradora, favorece los procesos energéticos y la síntesis de proteínas, incrementa la liberación de hormona de crecimiento humano, disminuye la respuesta al estrés mediante la síntesis de cortisol y favorece la regeneración celular. En cambio, el sueño REM adopta un papel importante en los procesos de atención y memoria y en la consolidación del aprendizaje.

Los cuatro estadios del sueño No-REM más la fase REM conforman lo que se denomina un ciclo de sueño, que se repite unas cuatro o cinco veces durante la noche. La duración de cada ciclo oscila entre la hora y media y las dos horas, predominando el sueño lento en los primeros ciclos y aumentando la duración de la fase REM según avanza la noche. Por otro lado, la fase REM durante la infancia es más larga que durante la adolescencia y la adultez.


Porcentaje de tiempo durante el sueño
Periodo 1
Entre el 2% y el 5%
Periodo 2
Entre el 45% y el 50%
Periodos 3 y 4
Entre el 18% y el 25%
FASE REM
Entre el 20% y el 25%
 

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