Existe una
relación clara entre la actividad cerebral y el estado de sueño, tal como
demuestra la electroencefalografía (EEG). Dicha actividad cerebral va cambiando
a lo largo del sueño, lo que lleva a diferenciar distintas fases o momentos.
Existen dos
tipos de sueño bien diferenciados, el
sueño con movimientos oculares rápidos, conocido como sueño paradójico o REM (Rapid
Eye Movement) y el sueño sin movimientos oculares rápidos o sueño lento (No-REM,
Non Rapid Eye Movement).
El sueño No-REM lo componen cuatro
estadios, relacionados con los distintos grados de profundidad del sueño. De
este modo, los dos primeros estadios se caracterizan por un sueño superficial o
ligero, y los dos últimos (estadio 3 y 4) por un sueño de ondas lentas o profundo, es decir,
según vamos avanzando en esta fase las ondas cerebrales se van enlenteciendo.
Durante el sueño No-REM, disminuye la frecuencia cardiaca, la tensión arterial
y el flujo sanguíneo cerebral, aumentando el flujo sanguíneo muscular y la secreción
de hormona del crecimiento. Los estadios de esta fase son:
- Estadio 1 (adormecimiento): Es la transición entre la vigilia y el sueño, por lo que sólo se produce en el primer ciclo de sueño. Se caracteriza por un estado de somnolencia en el cual se pueden producir alucinaciones hipnagógicas (no patológicas) y descargas musculares.
- Estadio 2 (sueño ligero): Se enlentecen tanto el ritmo cardíaco como el respiratorio y las ondas cerebrales se amplían. Es el periodo de mayor duración dentro de la fase No-Rem, en el cual aun es fácil despertarse.
- Estadio 3 (sueño profundo) y estadio 4 (sueño muy profundo): Son los periodos que determinan la buena o mala calidad del sueño en términos de su eficiencia (sueño reparador) y en las cuales se aumenta la producción de la hormona del crecimiento, por lo que si se disminuye este tipo de sueño de forma crónica se provocará un retraso del crecimiento y menor regeneración de tejidos. Durante este periodo las ondas cerebrales son muy amplias y lentas y es más difícil que el sueño se interrumpa. Es ahora cuando se pueden producir el sonambulismo y los terrores nocturnos.
El sueño REM se caracteriza por unos movimientos
oculares rápidos, una atonía muscular y un EEG similar al del estado de
vigilia, con una marcada actividad neuronal y metabólica. En esta fase la
frecuencia cardiaca y la tensión
arterial son fluctuantes. A su vez, es durante este periodo del sueño cuando se
producen los sueños y las pesadillas.
Al ser estas
dos fases fisiológicamente distintas, sus funciones también son distintas. El
sueno No-REM tiene una función restauradora, favorece los procesos energéticos
y la síntesis de proteínas, incrementa la liberación de hormona de crecimiento
humano, disminuye la respuesta al estrés mediante la síntesis de cortisol y
favorece la regeneración celular. En cambio, el sueño REM adopta un papel importante
en los procesos de atención y memoria y en la consolidación del aprendizaje.
Los cuatro
estadios del sueño No-REM más la fase REM conforman lo que se denomina un ciclo
de sueño, que se repite unas cuatro o cinco veces durante la noche. La duración
de cada ciclo oscila entre la hora y media y las dos horas, predominando el
sueño lento en los primeros ciclos y aumentando la duración de la fase REM
según avanza la noche. Por otro lado, la fase REM durante la infancia es más
larga que durante la adolescencia y la adultez.
|
Porcentaje
de tiempo durante el sueño
|
Periodo 1
|
Entre el 2% y el 5%
|
Periodo 2
|
Entre el 45% y el 50%
|
Periodos 3 y 4
|
Entre el 18% y el 25%
|
FASE REM
|
Entre el 20% y el 25%
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario