"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

lunes, 1 de septiembre de 2014

Crecimiento y desarrollo. Conceptos básicos



Los términos crecimiento, desarrollo y maduración son conceptos muy relacionados entre sí que normalmente se utilizan de forma indistinta, aunque tienen matices diferenciadores que conviene señalar. Todos ellos se refieren a procesos evolutivos humanos que implican cambios de diversa tipología y que se dan al mismo tiempo de forma dinámica, guardando una interacción muy estrecha entre ellos, ya que se necesitan y modifican mutuamente, no pidiéndose entender los unos conceptos sin los otros.
 A su vez, dichos procesos se ven afectados por diversos factores que los condicionan, como el factor genético, la nutrición, la función endocrina o el entorno ambiental y socioafectivo.

RECUERDA QUE
Los niños y niñas con carencias afectivas severas tienen un alto riesgo de sufrir alteraciones en su desarrollo físico.

Crecimiento
El crecimiento es un proceso de cambios físicos, generados por el incremento de células y del tamaño de las mismas, que se inicia desde el momento de la concepción y se extiende a través de la gestación, la infancia, la niñez y la adolescencia hasta los 18 años aproximadamente. Se caracteriza, por lo tanto,  por un aumento de las dimensiones del cuerpo y la modificación de las proporciones del organismo, provocando cambios en el peso, la talla, perímetros, etc. de los niños y las niñas.
En este sentido, los cambios en el crecimiento son de carácter cuantitativo y por lo tanto, se pueden medir, dando lugar a fórmulas, escalas o tablas de medición para registrar y estandarizar los datos antropométricos.

Maduración
Muy en relación con el crecimiento, la maduración hace referencia a los cambios morfológicos o biológicos de las estructuras internas del ser humano, las cuales  repercuten en conductas específicas y en la realización de determinadas funciones, como por ejemplo articular palabras o caminar.
Los cambios madurativos  en los sistemas, aparatos, órganos y función de las células del cuerpo humano se producen de modo natural, determinados biológicamente por la carga genética del individuo, sin que tenga que mediar aprendizaje alguno.
En términos generales, los órganos del recién nacido se caracterizan por su inmadurez funcional, aunque el proceso madurativo de dichos órganos de acelera para dar respuesta a las exigencias vitales de los primeros meses. El hecho es que el sistema nervioso se encuentra en una etapa de maduración de importante plasticidad en la primera infancia  La situación de maduración propicia una mayor vulnerabilidad frente a las agresiones y condiciones adversas del medio, por lo que cualquier causa que provoque una alteración en la normal adquisición de los hitos propios de los primeros estadios evolutivos puede poner en peligro el desarrollo armónico posterior. Pero la plasticidad dota también al sistema nervioso de una mayor capacidad de recuperación y reorganización orgánica y funcional, que decrece de forma muy importante en los años posteriores.

Desarrollo
El desarrollo se entiende como un proceso de cambios psíquicos de tipo cualitativo, que posibilita la evolución y el perfeccionamiento de  capacidades humanas  como el lenguaje, el pensamiento, la atención, la memoria, la conducta o los sentimientos. Es un proceso complejo que integra tanto factores estructurales psicobiológicos como habilidades aprendidas. En este sentido, el aprendizaje generado por nuestra interacción con el medio condiciona el desarrollo de nuestras capacidades, siempre que dispongamos de una maduración biológica que lo posibilite.
Cada persona posee un potencial de desarrollo que alcanzará su plenitud cuando  la persona  adquiera la competencia suficiente para desenvolverse correctamente en el medio en el que vive. Así, el desarrollo facilita la adquisición de estados de mayor capacidad, permitiendo pasar de estados de dependencia e indefensión a estados de independencia y autonomía personal, incrementándose nuestra capacidad para la resolución de problemas.
El desarrollo se caracteriza por ser rítmico, alternándose los ciclos  de forma ordenada y predecible. También se puede hablar de que el desarrollo es integrativo, ya que las funciones más simples se van acumulando y  los cambios que nos llevan a conductas  superiores se van asimilando. Gracias a la plasticidad del sistema nervioso el ser humano es capaz de utilizar, mantener o sustituir sus capacidades para adaptarse mejor a las exigencias de su medio ambiente.
Aunque el  desarrollo sigue un curso universal aparentemente predeterminado y ordenado, se  puede hablar de la existencia de un  principio de individualización por el que cada uno sigue su  desarrollo, debido a que las diferencias individuales varían significativamente en cuanto al grado y al momento en el que se pasan por los diferentes periodos. Además, es conveniente tener en cuenta que estas fases y la transición entre las mismas responden a criterios establecidos por distintos estudios y observaciones, por lo que existirán diferencias dependiendo del autor o el enfoque teórico que se hayan ocupado de su estudio en un momento dado.

Es importante destacar también la idea de el desarrollo es un proceso integral u holístico, que considera que los distintos aspectos del desarrollo están interrelacionadas. Se puede hablar de  un desarrollo físico, cognitivo, motor, socioafectivo..., que carecen de un límite claro entre ellas, ya que se superponen e  interactúan unas con otras. En este módulo nos centraremos especialmente en el crecimiento y desarrollo físico, pues lo relacionado con el desarrollo cognitivo, sensorial, motor y psicomotor y con el desarrollo socioafectivo lo estudiaremos de modo específico en sus correspondientes módulos.
Aprendizaje
El desarrollo y el aprendizaje se influyen mutuamente, siendo este último el proceso referido a los cambios más o menos permanentes que se producen en la conducta de una persona como resultado de la interacción con el medio, posibilitando la adaptación a situaciones nuevas. De este modo, nuestras experiencias tienen la capacidad de modificar nuestro sistema cognitivo y afectivo en aras de desarrollar comportamientos más adaptativos.

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