"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

lunes, 1 de septiembre de 2014

Principales afecciones alimenticias: alergias e intolerancias


Antes de pasar a describir las principales afecciones alimenticias, es conveniente diferenciar los conceptos de alergia e intolerancia, pues en ocasiones se utilizan de forma indistinta, siendo su significado diferente.

Una alergia alimentaria hace referencia a una reacción exagerada del organismo, producida por el sistema inmunológico (inmunoglobulina E), ante la presencia de un alimento (alérgeno) que suele ser bien tolerado por la mayoría de las personas. Se debe tener en consideración que un mismo alérgeno no produce los mismos síntomas ni en la misma intensidad en las distintas personas alérgicas, ni incluso en la misma persona.

RECUERDA QUE
Existe una predisposición genética que aumenta el factor de riesgo de sufrir alergias.

Los síntomas son muy diversos y pueden aparecer, de forma retardada o de manera casi inmediata, al comer o tocar el alimento o al inhalar sus vapores de cocción. Las distintas reacciones alérgicas pueden afectar a la piel (urticaria, hinchazón, rojez, etc.), al aparato digestivo (vómitos, diarrea o dolor abdominal), al aparato respiratorio (dificultad respiratoria, rinitis, asma,…) o a todo el organismo (anafilaxia, que puede provocar la muerte). En el caso de la existencia de una alergia alimentaria, se debe retirar de la dieta el alimento o condimento alérgeno.

Por otro lado, el término intolerancia se define como una condición en la que se producen efectos adversos para el organismo tras ingerir un alimento o un ingrediente culinario, sin que se active el sistema inmunológico. Las intolerancias son más frecuentes que las alergias, y en muchos casos no se es consciente de que se producen debido a que los síntomas se manifiestan más lentamente. Las más habituales son la intolerancia a la lactosa y al gluten (enfermedad celíaca).

Alergia a la leche de vaca
La alergia a la leche de vaca (APLV) es la alergia alimentaria más común en lactantes y niños/as pequeños/as, especialmente de 2 a 3 años. Para su tratamiento se debe eliminar de la dieta, no sólo la leche de vaca sino también, la leche de cabra u oveja y búfala, por la similitud de sus proteínas.
Alergia al huevo
El huevo es la causa más frecuente de alergia alimentaria en niños y niñas. Tanto las proteínas de la clara como las de la yema pueden actuar como alérgenos, aunque son más frecuentes las de la clara.   Para tratar la alergia al huevo hay que evitar su ingestión y la de los alimentos que lo contienen mediante una dieta de estricta.
Alergia al pescado
El pescado es, junto al marisco, uno de los alimentos que más alergias provoca, aunque la del marisco se da más en edad adulta. Es más normal la alergia pescados blancos (merluza, pescadilla, gallo, lubina, etc.) que a los azules (atún, boquerón, sardina, etc.)
Alergia a los frutos secos
Especialmente al cacahuete. Quienes presentan alergia a un fruto seco suelen presentar reacciones alérgicas con otros frutos secos y otras sustancias de origen vegetal.
Alergia a frutas y hortalizas
La alergia a frutas, especialmente al melocotón, a la ciruela o lacereza, es una de las más frecuentes en nuestro país. Se recomienda pelar la fruta ya que algunos de los alérgenos mayores están en la piel.
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad para digerir el azúcar de la leche. Los síntomas suelen ser diarreas líquidas y ácidas y la consiguiente irritación y lesiones alrededor del ano. En los lactantes y niños/as pequeños/as puede producir deshidratación y afectar de manera significativa al crecimiento. Suele afectar más a los adultos que a los niños y niñas.
Intolerancia al gluten
Es la enfermedad crónica intestinal más frecuente en España y consiste en la inflamación del intestino delgado al consumir alimentos que contienen gluten, como el trigo, la cebada, el centeno y la avena, presentándose en personas genéticamente predispuestas. Los síntomas más comunes son diarreas, deficiencias vitamínicas, desnutrición, disminución de peso, falta de crecimiento, etc.

Cuando se ha determinado una alergia o una intolerancia a algún alimento, el tratamiento pasa por evitar dicho alimento y sus derivados, prestando especial atención a problemas por alérgenos ocultos producidos por:
  • Uso del mismo aceite o misma plancha para freír distintos alimentos
  • Utilización de los mismos utensilios para alimentos diferentes
  • Errores de etiquetado
  • Proximidad a o contacto de un alimento con otro
  • Cocinado conjunto de distintos alimentos
  • Manipulación manual sin la higiene adecuada o por el uso de alimentos manipulados como masas, bechamel, caldos para sopas y sopas, vinos, pan rallado.
Además, desde la escuela infantil se deben adoptar ciertas medidas de precaución:
  • Solicitar las prescripciones médicas para evitar confusiones.
  • Leer siempre con mucha atención los ingredientes de los alimentos a utilizar.
  • Disponer de un listado de información actualizada de alérgenos y de los alimentos, ingrediente y aditivos prohibidos para cada alergia o intolerancia.
  • No suministrar nunca el alimento ante la duda de la presencia de un alérgeno.
  • Utilizar aceite y utensilios exclusivos para la elaboración de las comidas de los y las alérgicos/as.
  • Preparar en primer lugar la comida del niño/a alérgico/a y aislarla hasta ser servida.
  • Evitar el uso de guantes de látex.
  • Mantener informada a la familia del menú específico del niño o niña.
  • Disponer de la medicación oportuna en la escuela en el caso de contar con un alumno o alumna con una alergia grave.

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