"El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices." (Oscar Wilde)

lunes, 1 de septiembre de 2014

Fases y características del crecimiento y desarrollo físico. Etapa prenatal



El crecimiento y desarrollo de un/a niño/a es un fenómeno continuo que se inicia en el momento de la concepción y culmina al final de la pubertad, período durante el cual se alcanza la madurez en sus aspectos: físico, psicosocial y reproductivo. Esta transformación involucra cambios en el tamaño, organización espacial y diferenciación funcional de tejidos y órganos. 

Tanto antes como después del nacimiento, el crecimiento y el desarrollo físico están sujetos a unos principios que marcan una dirección y  generan unas expectativas de desarrollo expresadas en  promedios y  pautas de normalidad. Estas leyes o gradientes de crecimiento son cuatro:

Ø  Ley céfalo-caudal, que indica que el crecimiento progresa desde la cabeza
hacia las extremidades inferiores. En este sentido, se desarrollan antes los tejidos y órganos de la cabeza que los de las manos y los pies. Esta  tendencia se ve claramente en el periodo prenatal.
Ø  Ley próximo-distal, que señala que el desarrollo se da de manera
progresiva, partiendo del centro del cuerpo y extendiéndose hacia los miembros extremos. Por ejemplo, el desarrollo de los hombros será anterior al de los dedos de las manos.
Ø  Ley de crecimiento general-específico, señala que los movimientos
generales y operaciones más simples preceden a los movimientos más precisos y funciones más complejas. Así, los primeros movimientos  son gruesos, bruscos y al azar, y paulatinamente se va consiguiendo un control muscular más fino.
Ø  Ley de flexores-extensores, que indica que primero se dominan los músculos flexores (agarrar o flexionar) y después los extensores (soltar o estirar), es decir, que la capacidad de recoger objetos es anterior a la capacidad de soltarlos.

3.1. Etapa prenatal
El desarrollo comienza desde la concepción, siendo el periodo prenatal una etapa de crecimiento espectacular. Así, durante la gestación se incrementan las conexiones neuronales, el peso y la altura, desarrolla su discriminación sensorial, con un ritmo increíblemente acelerado en comparación con el resto de etapas del desarrollo humano. 

La fecundación se produce por la unión del espermatozoide y el óvulo, iniciándose la división celular. Al unirse un  óvulo y un espermatozoide suman 23 pares de cromosomas y comienza una nueva vida, produciéndose desde ese mismo instante una serie de cambios que forman parte del desarrollo y crecimiento humano.

En una primera etapa se forma celularmente y crece el embrión, es el llamado periodo embrionario. Durante esta fase, que ocurre durante las primeras 8 semanas,  se desarrollará el cerebro, la médula espinal, la base del sistema nervioso y el corazón, que latirá a unas 15 pulsaciones por minuto. También se inicia la formación de la base del sistema muscular y del esqueleto humano. 

El embrión va adquiriendo forma humana de bebé en torno a la quinta y sexta semana de gestación. A estas alturas, su cabeza es muy grande respecto al resto del cuerpo, las extremidades muy cortas y se distinguen perfectamente los ojos, la nariz, boca y orejas.


Al final de esta etapa se produce la neurogénesis o producción de neuronas, empezando a formarse los circuitos neuronales y apareciendo los primeros reflejos. Oficialmente el embrión pasa a llamarse feto en la octava semana y mide ya alrededor de 9 centímetros.

A partir del tercer mes empieza el periodo fetal, que se prolongará hasta el nacimiento, caracterizándose por un rápido crecimiento del cuerpo. Los órganos, que ya se han formado en el periodo embrionario, en esta fase crecerán, madurarán y perfeccionarán su funcionamiento. Poco a poco, el rostro empieza a parecerse cada vez más al de un bebé, y se van alargando las extremidades, pudiendo distinguir los dedos de las manos y los pies.
Alrededor del cuarto y quinto mes responde a estímulos auditivos, se forman las cejas, las pestañas y las uñas de los pies y de las manos. A las 20 semanas el feto pesa 450 aproximadamente, mide unos 19 centímetros y la madre ya nota los primeros movimientos.
Los ojos están perfectamente desarrollados y los párpados del bebé se abren a partir de la semana 24. Cuando esto ocurre, el feto ya puede ver y responder a los estímulos lumínicos (por ejemplo, al acercar un foco luminoso a la barriga de la madre). A estas alturas ya tiene reflejo palmar y de sobresalto y se forman las huellas dactilares de los pies y de las manos.
En las semanas de la 26 a la 30 el cerebro del feto se desarrolla muy deprisa, es capaz de controlar algunas funciones corporales, abre y cierra los párpados, y se mueve voluntariamente. Pesa unos 1.300 gramos y mide 27 centímetros.
Entre los 7 y los 9 meses se completa el crecimiento del feto. La piel se hace más
gruesa, el sistema nervioso está preparado para actuar, el corazón bombea con fuerza suficiente, los sentidos ya tienen un desarrollo óptimo y existe control sobre la respiración y la temperatura corporal. A partir de las 37 semanas se dice que el bebé está a término, es decir, maduro y preparado para nacer.

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