Durante la
infancia pueden aparecer diferentes alteraciones ligadas al comportamiento
alimentario, caracterizadas en algunos casos por una ingesta excesiva, por una
falta de apetito, por rechazo a ciertos alimentos o por tensiones
socioafectivas y/o psicológicas.
Existen
varios factores que determinan la conducta alimentaria en un niño o niña, como
son los alimentos ofrecidos, los adultos que se ocupan de la alimentación, el
ambiente donde se desarrolla la alimentación y el propio niño o niña. Cuando se
desarrolla y mantiene un problema alimentario suele haber más de un factor
implicado.
Otro
concepto importante para entender muchos desordenes alimentarios es el concepto
de apetito, que se define como un deseo psíquico o emocional de ingerir un
alimento específico, acompañado o no de la necesidad física de comer (hambre). El
apetito depende de la relación que se tiene con la comida (experiencias
previas, actitud hacia la comida, etc.), por lo que el comportamiento
alimentario se verá influido por el deseo o placer de comer y por las
circunstancias que rodean a la alimentación.
Dificultades relacionadas con la
alimentación
Muchas
dificultades relacionadas con la alimentación provienen de unas costumbres
inadecuadas adquiridas en los primeros años de vida. De este modo, nos encontramos
con factores relevantes como una atmósfera negativa alrededor de los alimentos
y la hora de la comida, unas expectativas del adulto que derivan el amenazas y
reprimendas, tensiones emocionales, prisas para comer, etc. Por lo tanto, es
importante un ambiente positivo y tranquilo a la hora de comer, así como unos
adultos pacientes, que respeten la sensación de saciedad o hambre y los
diferentes ritmos de niños y niñas.
En términos
generales, nos podemos encontrar con una serie de dificultades en cuanto al
comportamiento alimentario, que normalmente se pueden reconducir con una
adecuada actitud del adulto y una serie de pautas de modificación de conducta,
aunque si se agravan requerirán una intervención terapéutica más profunda, que
evite el desarrollo de hábitos alimentarios inadecuados Estas dificultades son:
- Falta de apetito o inapetencia. Niños y niñas que parecen no tener hambre, ni muestran interés alguno por los alimentos o emplean un tiempo realmente en comer. En ocasiones, esa falta de apetito se entiende por la existencia de enfermedades, por situaciones de calor o cansancio, por un exceso de distractores (televisión, juguetes, etc.) e incluso por platos poco sugerentes. En otras ocasiones, esta inapetencia deviene de problemas aparecidos en el proceso de adquisición de hábitos de alimentación, que facilitan una predisposición al rechazo de los alimentos. Por otro lado, hay que diferenciar la falta de apetito habitual de la falsa inapetencia, generada por unos malos hábitos de alimentación (comer muchas golosinas, toma abundante de zumos y/o leche, picar a deshoras, comer dulces antes de las comidas, etc.) que conlleva la falta de aceptación de determinadas comidas, como por ejemplo las verduras o legumbres.
- Exceso de apetito. En este caso, en niño o niña no quedan satisfechos con la cantidad de alimento ingerido y necesita seguir comiendo. Cuando esto es así y el niño o niña no puede controlar su apetito, se requiere saber cuál la causa e intervenir ayudando al niño o niña a poner límites a ese comportamiento.
- Rechazo, selectividad ante la comida: Esta alteración se caracteriza por el rechazo a nuevos alimentos, nuevas texturas o nuevos sabores y está estrechamente relacionado con un inadecuado establecimiento de hábitos alimentarios. Un ejemplo de esta alteración es la negación a tomar alimentos sólidos, accediendo solo a ingerir alimentos líquidos o triturados, lo que puede generar problemas en la dentición. Por otro lado, esta actitud selectiva ante la comida durante la infancia puede desembocar en el seguimiento de dietas restringidas o en problemas de bulimia o anorexia durante la adolescencia.
Identificación de
trastornos relacionados con la alimentación.
Aparte de
las dificultades que nos podemos encontrar en el desarrollo de las conductas
alimentarias, existen trastornos relacionados con la alimentación que revisten
mayor gravedad, con etiologías que van desde lo orgánico hasta lo psicológico.
Regurgitación
Trastorno
propio del lactante caracterizado por la expulsión gradual o súbita de leche,
que ocurre normalmente después de las comidas. Está asociado a la maduración
del sistema digestivo en cuanto a un deficiente funcionamiento del píloro. Si
persiste en el tiempo el bebé no ganará peso, haciéndose necesaria la
intervención pediátrica.
Vómito
Trastorno
caracterizado por la expulsión frecuente de una cantidad importante de
alimentos de manera brusca. Suele estar provocados por diversos factores como
la sobrealimentación, una excesiva ingesta de aire durante el momento de la
lactancia, un exceso de movimiento tras las comidas o una inadecuada
elaboración de las leches adaptadas. Al igual que la regurgitación, si el bebé
no coge peso y los vómitos son repetidos es necesario que se acuda a los
servicios de pediatría.
Cólicos
del lactante
Trastorno
muy común durante los tres primeros meses de vida, caracterizado por ataques diarios
de llanto vigoroso e irritabilidad. Si una etiología clara, se cree que pueden
ser provocado por factores fisiológicos, como la alergia a la proteína de la
vaca, la intolerancia al gluten o la inmadurez del aparato digestivo, que
genera contracciones espasmódicas del
músculo liso del intestino. Pero también
se considera que pueden existir factores psicológicos asociados a la
relación entre el bebé y sus padres, como una excesiva estimulación (ruido,
cambios de luz, etc.), cambios frecuentes de rutinas o una respuesta ansiosa de
los padres ante cualquier demanda o malestar del bebé.
Rumiación
También
conocida como mericismo, consiste en
la regurgitación repetida del alimento desde el estómago hasta la boca, para
volverlo a masticar y tragarlo de nuevo, sin que aparezcan nauseas o vómitos.
Puede reflejar un problema emocional en la relación con los padres, siendo
también frecuente en algunos casos de discapacidad intelectual o en problemas neurológicos graves. Si es muy
frecuente se producirá pérdida de peso, deshidratación, caries y malnutrición.
Pica
Es un trastorno consistente en la ingestión continua (al menos durante
un mes) de materiales que no son comestibles como el papel, la plastilina o la
tierra, provocando intoxicaciones u obstrucción intestinal. Se presenta más frecuentemente en
niños y niñas de dos a seis años con discapacidad intelectual o con carencias
afectivas.
RECUERDA QUE
En los niños y niñas
menores de un año, su afán por descubrir su entorno les lleva a llevarse a la
boca todo tipo de cosas o materiales, lo cual no quiere decir que sufran de
pica.
La
obesidad infantil
La obesidad es
una enfermedad crónica caracterizada por un exceso de grasa corporal, siendo el
trastorno metabólico más frecuente de las sociedades desarrolladas.
En el
desarrollo de la obesidad intervienen unos hábitos alimentarios inadecuados y
una escasa actividad física, y aunque exista cierta predisposición genética, en
muy pocos casos se debe a una enfermedad o trastorno genético u hormonal (1% aproximadamente)
La obesidad
y el sobrepeso constituyen un grave problema de salud pública, por su alta
incidencia, y por ser factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares,
diabetes, hipertensión arterial y hipercolesterolemia, además de provocar problemas
respiratorios, sobrecarga ósea y muscular o estreñimiento. Los niños y niñas obesos/as
tienen un riesgo considerablemente mayor de padecer estas enfermedades y de
desarrollar obesidad mórbida, la forma más grave del trastorno, al llegar a la
edad adulta.
Desde un
punto de vista psicológico, la obesidad y el sobrepeso va más allá de un
problema meramente estético, ya que puede tener consecuencias negativas sobre
el desarrollo emocional de los niños y niñas que lo padecen, generándose sentimientos de inferioridad y baja
autoestima. Es frecuente la sensación de rechazo y el aislamiento, lo que
facilita la aparición de procesos depresivos o antisociales.
Anorexia
infantil
La anorexia
es un trastorno de la conducta alimentaria característico de la adolescencia,
pero que también se puede dar en niños y niñas. Cuando este trastorno aparece
en la infancia el principal síntoma es la negativa a comer, incluso teniendo
apetito. En cambio, no es habitual la distorsión de la imagen corporal como en
la anorexia en adolescentes y adultos.
Las causas
de este trastorno pueden ser varias. Entre las causas psicológicas, la relación
conflictiva con la madre o el adulto de referencia es lo más común, así como la
imitación de algún familiar que también sufra de anorexia. En ocasiones las
causas son orgánicas, es decir, que la anorexia es provocada por una
enfermedad. Por último, pueden existir causas funcionales, por un proceso de
adquisición de hábitos de alimentación muy alterado.
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