Como se ha indicado en el punto
anterior, la promoción de la salud constituye una estrategia fundamental que
trata de capacitar a la persona para alcanzar un estado de salud y de bienestar
óptimos a través de actuaciones que mejoren los determinantes de la salud, como
son los estilos de vida y los entornos. En este sentido, la educación para la salud (EpS) se presenta como la herramienta
fundamental para ejercer la promoción de la salud en distintos ámbitos, como
el ámbito sanitario, el educativo y el
comunitario, incluyendo en este último el ámbito laboral.
La OMS define la educación para la
salud como “el proceso de información, concienciación y capacitación del
individuo para que adquiera los conocimientos, los hábitos y las actitudes
necesarias para la defensa y la promoción de la salud individual y colectiva”.
Esta concepción implica el desarrollo de actividades conducentes a:
- Informar a la población sobre la salud, la enfermedad y la discapacidad y los modos mediante los que las personas pueden mejorar su propia salud.
- Motivar y ayudar a la población a adquirir los conocimientos y la capacidad necesarios para adoptar y mantener unos hábitos y estilos de vida saludables. No se trata solo de abordar la transmisión de conocimientos relativos a la salud individual y colectiva, sino también de fomentar la motivación, las habilidades personales y la autoestima, aspectos muy necesarios para que las personas adopten las distintas medidas destinadas a mejora de la salud.
- Propugnar cambios en el medio ambiente que faciliten unas condiciones de vida saludables y una conducta hacia la salud positiva.
- Fomentar y promover la enseñanza, la formación y la capacitación de todos los agentes de EpS de la comunidad.
- Incrementar, mediante la investigación y la evaluación, los conocimientos acerca de la forma más efectiva de alcanzar los objetivos propuestos por la EpS.
Los contenidos que se abordan en los distintos programas de educación para la salud corresponden a los temas considerados básicos teniendo en cuenta las necesidades de salud aportadas por los estudios epidemiológicos locales, autonómicos y estatales. Así, entre los programas más comunes aparecen los relativos a la higiene, la alimentación y nutrición, la actividad y el descanso, el desarrollo físico, la prevención de enfermedades, la prevención de accidentes, la salud sexual, la prevención de drogodependencias, la salud y medio ambiente o la salud mental.
Para alcanzar los objetivos promulgados
por la EpS es necesario el compromiso y la responsabilidad de toda la sociedad,
ya que constituye un proceso interdisciplinar, dinámico y multiprofesional. Por
ello resulta fundamental la intervención de diferentes actores:
- Los gobiernos y administraciones, mediante la adecuación de normas y partidas presupuestarias que favorezcan la ejecución de planes y estrategias de salud, la promoción de estilos de vida saludables y la participación comunitaria.
- Los servicios de salud, con actuaciones operativas en el marco de la atención sanitaria tanto a nivel particular como a nivel de grupos en riesgo. Propiciando medidas preventivas y orientando hacia el cuidado de la salud.
- Los agentes de salud, tomando parte en tareas de información, intervención y educación, ya sean o no personal sanitario. Se entiende por agentes de salud a todas aquellas personas de la comunidad que contribuyen a que las personas y grupos adopten conductas positivas de la salud. En relación a la infancia, estaríamos hablando de todas las personas o instituciones que interactúan con los niños y niñas en diferentes contextos, incidiendo en su educación para la salud. Destacan, en este sentido, la familia, los servicios de salud, la escuela infantil y los medios de comunicación.
- La ciudadanía, a través de una autorresponsabilidad en cuanto al cumplimiento de unos hábitos y estilos de vida saludables (utilización de sillas de seguridad, uso del preservativo, realización de controles médicos, etc.)
- Las empresas y entidades, revisando, investigando y desarrollando soluciones eficaces (medidas de seguridad, desarrollo de fármacos, productos de apoyo, etc.)
Trabajar con un enfoque integral en
un contexto social, sanitario y educativo significa prestar atención al
conjunto de relaciones entre los componentes de la comunidad, a través de la
administración, el tejido asociativo, el sistema sanitario y la comunidad educativa, mediante el profesorado, asociaciones
de padres y madres, familia y alumnado.
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