La actividad, el sueño y el descanso son procesos complementarios que
deben estar en equilibrio, ya que tienen gran importancia en el desarrollo
integral de niñas y niños. Cada
organismo tiene un ritmo natural que debe ser respetado, necesitando el sueño
para poder regularse y reparar la pérdida energética propia del periodo
de vigilia.
En la infancia, el descanso por
medio del sueño es fundamental para el crecimiento, la asimilación de
aprendizajes adquiridos con las experiencias diarias y la afectividad, ya que
el comportamiento también está modulado por la calidad de descanso que tengan
los niños y niñas.
Tal como se ha indicado anteriormente, el tiempo dedicado al sueño y al descanso sirve para
reponer la energía consumida durante el tiempo de actividad. En este sentido,
estamos dotados de mecanismos que nos indican la necesidad de reposo cuando
nuestro grado de fatiga es alto. Esta regulación entre la actividad y el
descanso es una necesidad básica que hay que atender en la escuela, ya que
durante las horas que niños y niñas pasan en el centro tendremos que alternar
adecuadamente los momentos de actividad con los momentos de descanso.
RECUERDA QUE
El ser humano invierte, aproximadamente, un tercio de
su vida en dormir.
Para mantener el equilibrio físico, psíquico y emocional al cabo del
día necesitamos momentos de descanso, bien a través de distensión y sosiego, bien
a través del sueño.
El sueño es una necesidad
fisiológica básica y diaria fruto de la inhibición del sistema nervioso, acompañada
de niveles variables de conciencia y una disminución de la respuesta a
estímulos externos. Durante el sueño se reduce el tono muscular, la
temperatura, el ritmo cardíaco y las neuronas se restablecen de su actividad.
Además, se producen modificaciones hormonales, bioquímicas y metabólicas imprescindibles
para el buen funcionamiento durante el día.
Por otro
lado, no todos los niños y niñas tienen la misma necesidad de descanso. Estas
diferencias estarán en función del estado de salud, del ambiente, del carácter
del propio niño o niña, de los hábitos familiares o de la edad. En cuanto a
este último factor, las horas de sueño se van reduciendo y distribuyéndose de
forma distinta según se va creciendo.
Edad
|
Horas de sueño
|
Distribución
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0
– 3 meses
|
16
– 18 horas
|
Sigue la secuencia
alimentación – higiene – sueño cada tres horas aproximadamente.
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3
– 6 meses
|
14
– 16 horas
|
Aumentan el número de horas
seguidas de sueño por la noche y comienza a aumentar el tiempo de vigilia
durante el día, aunque siguen teniendo muchas horas de sueño diurno.
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6 – 12 meses
|
13
– 15 horas
|
Bastante adaptados al ritmo
biológico de 24 horas. Aguantan bastantes horas de sueño nocturno y suelen
hacer dos siestas (después del desayuno y la comida).
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1
– 2 años
|
13
– 14 horas
|
La gran mayoría duermen toda
la noche seguida (11 – 12 horas). Suelen hacer una siesta después de la
comida
|
2
– 3 años
|
12
– 13 horas
|
Las horas de sueño nocturno
van disminuyendo y se suele mantener la siesta después de comer
|
3
– 6 años
|
11
– 12 horas
|
Duermen unas 10 por la noche y
en muchos casos se elimina la siesta coincidiendo con el comienzo de la
escolarización
|
|
RECUERDA QUE
Tanto sueño como la alimentación cumplen una función
reguladora y reparadora en el organismo, ya que restablecen la saturación de la
musculatura y los centros nerviosos y la falta de nutrientes en sangre.
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