Atender las necesidades básicas en la
primera infancia no se limita tan solo a la atención de necesidades vitales,
sino que resulta imprescindible para el desarrollo equilibrado del niño y la
niña, puesto que proporciona hábitos saludables, mayor autonomía personal y una
imagen positiva de sí mismo/a, debido a
la dimensión relacional y afectiva que implica la satisfacción de dichas
necesidades básicas.
2.1. Necesidades básicas de 0 a 6 años
La atención a las necesidades básicas
en los primeros años de vida adquiere una enorme importancia, ya que son
satisfechas casi exclusivamente por las personas adultas, lo que conlleva la
responsabilidad de conocer bien estas necesidades y su correspondencia con el
momento evolutivo de los niños y niñas.
En la etapa infantil, los niños y
niñas dedican la mayor parte de su tiempo al juego, a la realización de actividades cotidianas (alimentación,
descanso e higiene) y a diversas actividades de tipo cognoscitivo y motor. De
todas ellas, son las actividades cotidianas las que marcan el ritmo diario del
pequeño/a, ya que el día se va estructurando en relación a los momentos que
dedican a estos menesteres. Además, estas actividades ligadas a las necesidades
básicas de carácter físico representan para los/as niños/as las primeras
actividades educativas, ya que a través de su realización se obtiene un
aprendizaje continuo, aprenden a respetarse a sí mismos/as y al entorno que les
rodea y se potencia la relación directa con los adultos de referencia, lo que resulta
de gran importancia a nivel afectivo y relacional.
Necesidades físicas
- Alimentación, en cuanto a la necesidad de los niños y niñas de una alimentación suficiente y variada, bien secuenciada en el tiempo y adaptada a su edad.
- Higiene, que implica la adquisición de hábitos y actitudes adecuadas y positivas en relación con la higiene corporal, de vestido y del entorno, así como la evitación de espacios sucios o contaminados.
- Descanso, pues es fundamental que los/as niños/as gocen del tiempo, condiciones y lugares adecuados para descansar, propiciando unos ritmos actividad-descanso saludables.
- Temperatura, en cuanto a la necesidad de condiciones óptimas de vestimenta y vivienda.
- Salud, en referencia a la existencia de un control sanitario (revisiones, vacunaciones, etc.)
- Actividad física, relacionado con el ejercicio y el juego, pues se necesitan espacios variados que faciliten la libertad de movimiento y el contacto con los iguales, los juguetes y los elementos naturales.
Necesidades de seguridad
Se incluyen en este apartado las
necesidades asociadas a la protección ante condiciones del entorno y otras
personas que supongan un riesgo para la integridad física del niño y la niña,
así como la protección ante el daño que pudiera hacerse a sí mismo/a.
Ejemplos de satisfacción de estas
necesidades son las acciones dirigidas a la prevención de accidentes en los
distintos entornos del los/as niños/as, la supervisión de las relaciones que
tienen los/as peqeuños/as, la enseñanza de normas básicas de seguridad o la
disponibilidad de ayuda cuando el niño y la niña lo necesiten.
Necesidades emocionales
- Estas necesidades son las concernientes a la seguridad y desarrollo emocional que requieren los/as niños/as, que se resumen en:
- Disposición de relaciones seguras, estables y afectivas con personas adultas significativas.
- Sensibilidad y responsividad de las personas adultas hacia las necesidades del niño y la niña.
- Contacto físico apropiado
- Recepción de afecto y refuerzo positivo, mediante demostraciones físicas y verbales de afecto y el refuerzo y la valoración de los esfuerzos y logros y aspectos positivos del niño y la niña.
- Participación en decisiones que les afectan, favoreciendo una mayor autonomía en cuanto a la toma de soluciones y resolución de conflictos.
- Escuchar, comprender y responder a los temores de los/as niños/as, siendo de ayuda para la resolución de problemas o síntomas de malestar emocional.
Nos referimos ahora a la necesidad
que tienen los/as niños/as de comprender
las normas y los límites de sus conductas en relación a su entorno social.
También se incluyen otros aspectos como la necesidad de adquirir valores, la
idoneidad de desarrollar la capacidad empática o el derecho a gozar de
relaciones de amistad y compañerismo en distintos entornos y con la posibilidad
de una interacción lúdica.
Por último, hablamos de necesidades
cognitivas para hacer referencia a:
- Necesidades de estimulación sensorial, proporcionando entornos muy variados a nivel de estímulos que faciliten experiencias de exploración y aprendizaje.
- Necesidad de adquirir conocimientos y habilidades a través de un proceso formativo organizado (escuela u otro homologado)
- Necesidad de comprensión de la realidad física y social, obteniendo respuestas sinceras sobre los fenómenos y participando activamente en el conocimiento de los mismos.
En este módulo nos centraremos en el estudio de las intervenciones que facilitan la adquisición de hábitos de autonomía personal en relación a la atención de necesidades físicas y de seguridad, ya que la atención a las necesidades cognitivas y socioafectivas las veremos detenidamente en sus módulos correspondientes.
2.2. Valoración de la atención a las
necesidades básicas como momento educativo
Las necesidades básicas de los/as
niños/as se satisfacen en el desarrollo de las actividades cotidianas, y la
repetición regular de estas actividades favorece la adquisición de hábitos de
autonomía, la integración con los iguales y la mejora de la relación con los
adultos. Se entiende, por tanto, que atender las necesidades cotidianas de
los/as pequeños/as no solo es una circunstancia asistencial, sino que
constituye un momento educativo clave para el fomento de un adecuado
desarrollo.
RECUERDA QUE
Es responsabilidad de la familia, la
escuela, los servicios sociales y la sociedad en general, la atención y
satisfacción de las necesidades de los niños y las niñas.
Resulta evidente que la atención de
las necesidades básicas es una labor de especial importancia, no solo en el
ámbito familiar, sino también en los centros infantiles, por lo que se ha de
contemplar en la programación didáctica tanto de forma específica como de modo
transversal. Así, bajo el denominador común de actividades cotidianas como la
alimentación, la higiene y el ciclo descanso-actividad, se estructuran las
actividades de la vida diaria como recurso metodológico en la educación
infantil.
De este modo, en el primer ciclo de
Educación Infantil el planteamiento educativo girará alrededor del tiempo
necesario para cubrir las necesidades básicas del bebé al principio del ciclo y
en el aprendizaje de hábitos al final. En cambio, en el segundo ciclo de
Educación Infantil, los procesos de adquisición de hábitos se combinan con el
aprendizaje de contenidos curriculares, conformándose el horario de tal modo
que de cabida a ambos aprendizajes. Los objetivos generales que se pretenden
que los niños y las niñas alcancen en estas dos etapas son los siguientes:
- Primer ciclo (0-3 años)
o
Identificar
y expresar sus necesidades.
o
Ir
ganado autonomía en atención de las necesidades más sencillas de satisfacer.
o
Descubrir,
conocer y controlar su propio cuerpo, valorando sus posibilidades y
limitaciones para actuar de forma cada vez más autónoma
o
Empezar
a crear su propia individualidad, generando una sana autoestima.
o
Aceptar
y expresar sentimientos en relaciones afectivas.
o
Expresar
intereses, opiniones y emociones en coordinación con un comportamiento adecuado
- Segundo ciclo (3-6 años)
o
Mejorar
el manejo de su cuerpo y movimientos.
o
Desarrollar
una autoimagen positiva.
o
Ganar
autonomía en la satisfacción de sus necesidades y en el reconocimiento de su
medio.
o
Potencial
su seguridad en las relaciones y su capacidad comunicacional
2.3.
Análisis del papel del educador o educadora infantil en la atención a las
necesidades básicas y la promoción de la autonomía personal de los niños y
niñas.
El educador o educadora infantil,
además de atender adecuadamente las necesidades básicas, ha de jugar un papel
de dinamización y apoyo en la construcción de la autonomía personal de sus
alumnos/as.
Existen una serie de comportamientos
y actitudes docentes que facilitan la autonomía personal en Educación Infantil:
- Mostrar cariño y aceptar a los niños y niñas tal como son.
- Mostrar una actitud de respeto y confianza hacia el niño y la niña, posibilitando que exprese sus opiniones, pensamientos e intereses, fomentando así su seguridad y su autoestima.
- Realizar una escucha activa, que propicie una mejor comprensión de los/as pequeños/as.
- Adoptar una relación empática, reconociendo y considerando la perspectiva infantil.
- Conversar constantemente con los/as niños/as
- Utilizar materiales que fomenten la manipulación, la exploración y la comunicación, propiciando de este modo una intervención más activa del los niños y las niñas.
- Adoptar una actitud tolerante y no autoritaria, animando a que los niños y las niñas asuman responsabilidades de forma paulatina bajo una dinámica de clase participativa.
- Propiciar que el niño y la niña desarrollen iniciativa en la ejecución de actividades
- Promover el esfuerzo y la perseverancia.
- Reforzar continuamente el logro, avance y el esfuerzo de los/as niños/as
2.4. Valoración
de la coordinación con las familias y otros profesionales para la atención de
los niños y niñas.
Uno
de los grandes desafíos en el proceso de enseñanza – aprendizaje es la coordinación de todos los
agentes educativos implicados, siendo especialmente relevante la coordinación
escuela – familia.
De este modo, debe ser objetivo de la
escuela infantil la acción de concienciar a las madres y los padres sobre la
influencia que ejercen sobre sus hijos e hijas a la hora de adoptar actitudes,
valores y creencias relacionados con comportamientos y estilos de vida
saludables, así como transmitir pautas adecuadas para una adecuada atención de
los niños y las niñas. Para tratar de alcanzar estos objetivos la escuela debe
cuidar las relaciones con las familias, estableciendo flujos de comunicación y
participación apropiados.
Por otro lado, para la escuela
infantil, conocer las circunstancias ambientales que rodean a los niños y niñas
es fundamental, ya que ayuda a comprender determinados comportamientos y
permite adoptar o proponer las medidas necesarias para una adecuada atención.
Así, cuando aparecen situaciones difíciles la escuela debe buscar soluciones
junto a la familia, bien pautando una intervención común o bien facilitando el
contacto con otros profesionales u organismos.
La familia aporta una valiosa
información sobre aspectos ligados al cuidado y cotidianidad del niño y de la
niña que la escuela debe tener en cuenta, tales como alimentación, hábitos de
sueño, estado de salud, vacunas, nacimiento de un hermano o hermana, relaciones
fuera de la escuela, etc. Del mismo modo, la escuela también aporta información
a las familias acerca del comportamiento, estado de ánimo, hábitos, etc., que
se dan en el centro. Este intercambio de información es esencial para una
óptima atención de los niños y niñas.
Las relaciones entre escuela y
familia se pueden dar a través de:
- Reuniones periódicas con las familias, tanto individuales como grupales.
- Cuestionarios y/o encuestas para obtener información sobre los/as alumnos/as
- Realización de actividades con la participación de las familias.
- Seguimiento conjunto de los procesos de adquisición de hábitos.
- Charlas, talleres o cursos sobre hábitos saludables, educación emocional, desarrollo evolutivo, etc.
- Cooperación con las ampas y asociaciones vecinales.
RECUERDA QUE
Durante los primeros años de vida, la
familia juega un papel fundamental en la transmisión a los niños y niñas de
valores, normas, hábitos, rutinas y costumbres.
Además de cooperar con las familias,
también es deseable la colaboración con otros profesionales que intervienen en
la atención a la infancia. En este sentido, se puede establecer un proceso de
comunicación continua con los servicios de salud y los servicios sociales de la
zona, no solamente para propiciar un adecuado intercambio de información, sino
también para explorar intereses comunes y proponer actividades conjuntas o complementarias.
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