La mayoría de las enfermedades infecciosas pueden controlarse y, en
muchos casos, evitarse. Por este motivo es fundamental que educadoras y
educadores reconozcan los síntomas de estas enfermedades, sepan cómo actuar en
cada caso y ayuden a impedir el contagio.
La transmisión de una enfermedad se produce a través de un proceso
denominado cadena epidemiológica, que consiste en que un agente infeccioso pasa del lugar donde se encuentra (reservorio) a un individuo sano (huésped)
mediante algún mecanismo de transmisión.
Enfermedades provocadas por bacterias
Las bacterias, visibles sólo mediante un microscopio electrónico, son organismos
unicelulares que segregan toxinas perjudiciales para el cuerpo humano. Las
bacterias responsables de enfermedades se llaman patógenas, que son las que generan infecciones. Para su tratamiento
se utilizan los antibióticos, que son medicamentos que eliminan las bacterias o
impiden su multiplicación. Afortunadamente, gracias a las medidas preventivas
como son las vacunas, en nuestro país las enfermedades provocadas por bacterias
tienen escasa incidencia.
Enfermedades víricas exantémicas
Los virus son organismos microscópicos que, una vez introducidos en las
células, se multiplican rápidamente y provocan enfermedades, especialmente en
la infancia. Suele ser el sistema inmunitario quien lucha contra las
infecciones virales, por lo que es necesario unas adecuadas políticas de
vacunación.
Las enfermedades víricas exantemáticas son aquellas que se manifiestan
con exantemas, es decir, con sarpullidos en la piel de color rojizo o púrpura con
diferente distribución según cada enfermedad. Normalmente el exantema aparece después de otros síntomas como
la fiebre o el catarro.
La varicela
Es una enfermedad contagiosa muy común entre los dos y los ocho
años, producida por el virus de la
varicela-zoster (VVZ) y que se transmite se forma directa de un individuo
enfermo a uno sano a través de las secreciones de la nariz y la faringe. Su
periodo de incubación suele oscilar entre las dos y las tres semanas.
El sarampión
Enfermedad vírica, muy común en la infancia, que se contagia de forma
directa a través de las partículas de la saliva. Los primeros síntomas suelen
aparecer durante la segunda semana después de la exposición y el tiempo de
contagio dura desde los primeros síntomas hasta la desaparición de las manchas.
Los primeros síntomas son catarro, fiebre alta, enrojecimiento de las
conjuntivas, secreciones nasales y tos seca. Después aparecerá una erupción
roja que comienza detrás de las orejas y se extenderá por la cara, las
extremidades y el tronco. El sarpullido se caracteriza por una erupción roja de
pequeños granos con un ligero relieve. Conforme transcurre la enfermedad el
tono del sarpullido se irá oscureciendo hasta que se seca y descama.
El exantema súbito
Conocido también como roséola infantil o sexta enfermedad, se contagia a
través de la saliva, los estornudos o el aliento. En una enfermedad muy
frecuente, aunque afecta solamente a niños y niñas menores de tres años. Su
periodo de incubación oscila entre los cinco días y las dos semanas y el
contagio se suele producir entre los dos días anteriores al sarpullido y lo dos
posteriores a su desaparición.
La sintomatología del exantema súbito se caracteriza por la presencia de
fiebre durante los tres primeros días alta, que si no se controla puede
provocar convulsiones. Una vez desaparecida la fiebre aparecen unas manchas
pequeñas de color rosado por todo el cuerpo, que pueden durar horas o varios
días.
La rubéola
Enfermedad que se contagia a través de la tos y estornudos, aunque en
ocasiones pueda hacerlo de forma indirecta a través de objetos o individuos
sanos que portan el virus. Su período de incubación oscila entre 14 y 21 días y
el riesgo de contagio existe desde antes de la aparición de los primeros
síntomas hasta días después de la desaparición del sarpullido.
Los primeros síntomas son fiebre baja, catarro y conjuntivitis leve. Se
inflaman los ganglios del cuello Con la rubéola se inflaman los ganglios del
cuello y aparecen manchas detrás de las orejas, que luego se irán extendiendo
por todo el cuerpo. La erupción suele durar unos tres días y es parecida a la
del sarampión, aunque algo menos intensa.
Enfermedades víricas no exantémicas
Son aquellas causadas por una
infección vírica que se manifiestan sin sarpullido en la piel. Algunas de las
enfermedades de este grupo tienen gran incidencia en la infancia como el resfriado
o la gripe y otras que han sido prácticamente erradicadas gracias a las vacunas
como la parotiditis o la poliomielitis.
Principales enfermedades víricas no
exantémicas
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Resfriado
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Enfriamiento, catarro que provoca tos,
estornudos, dolor de garganta y en ocasiones fiebre baja.
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Gripe
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Enfermedad
muy contagiosa producida por el virus de la influenza, con un periodo de
incubación de dos o tres días. Los síntomas más comunes son: fiebre alta,
escalofríos, dolores musculares, dolor de cabeza, tos persistente, dolor de
garganta, rinorrea (goteo de nariz) y decaimiento.
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Parotidis
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Conocida
como paperas, es un proceso
inflamatorio de la glándula parótida que cursa con fiebre, pérdida de
apetito, dolor en los oídos y dolor de cabeza. Suele desaparecer a las dos
semanas.
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Hepatitis
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Es una infección que provoca la inflamación
del hígado, reduciendo la segregación de bilis y alterando las funciones del
hígado.
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Sida
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Sídrome de inmonudeficiencia
Adquirida resultante de la infección del VIH, que ataca a las defensas del
organismo provocando una vulnerabilidad a sufrir infecciones, tumores,
debilidad general, complicaciones neurológicas, etc. La principal forma de
transmisión en la infancia es de madre a hijo/a durante el embazo o la
lactancia.
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Bronquiolitis
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Infección del tracto
respiratorio muy común en bebés. Se contagia muy fácilmente al estornudar o
toser y su periodo de incubación es de 2 a 8 días. Los síntomas más comunes
son: dificultad respiratoria con sibilancias y falta de aliento, fiebre,
fatiga, tos persistente e intensa, cianosis (si existe falta de oxígeno) e
incluso retracción de las costillas.
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Neumonía
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Sintomatología
similar a las neumonías bacterianas.
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Gastroenteritis
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Inflamación
del estómago y el intestino normalmente causada por el rotavirus. Se
caracteriza por la aparición brusca de náuseas, diarrea, dolor abdominal,
vómitos, fiebre y malestar general. Se puede complicar si aparecen cuadros de
deshidratación aguda.
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Enfermedades infecciosas causadas por
parásitos
Los parásitos son organismos que
se alimentan y viven a costa de otros y que en muchos casos generan
enfermedades. Ya vimos en el capítulo dedicado a la higiene algunas de estas
enfermedades como la candidiasis o la pediculosis. En este punto añadiremos la giardiosis,
que es una patología muy común en niños y niñas pequeños/as.
La giardiosis está producida por un parasito llamado Giardia lamblia, muy frecuente en la infancia. La infección se
transmite por vía directa, por vía oral a través de agua o alimentos
contaminados o por chupar objetos contaminados con heces. Su periodo de incubación
oscila entre 7 y 24 días.
Aunque la giardiosis es asintomática en muchos casos, cuando los síntomas
aparecen se caracterizan por diarrea líquida que se puede acompañar de náuseas,
molestias en el abdomen y falta de apetito. Si no se trata correctamente pueden
desarrollarse diarreas persistentes, lo que genera una mala absorción de
nutrientes y la consiguiente pérdida de peso.
RECUERDA QUE
La giardiosis es la causa
más común de diarreas en las escuelas infantiles.
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